Tras el emocionante y abrasador día anterior, era hora de
seguir descubriendo los secretos que Kauai esconde. A parte de la costa de
Napali, que ya vimos que era impresionante (2 en USA: Costa de Napali)
, la isla jardín puede sacar orgullosa pecho al saberse poseedora de otra
maravilla de la naturaleza como es el cañón de Waimea, denominado también como
el Cañón del Pacífico, por la similitud en su forma con el Gran Cañón del
Colorado. Ya habréis deducido pues, donde nos íbamos a encaminar aquel día que
se avecinaba impresionante. ¿Queréis comprobar si lo fue? Pues sigue leyendo…
Nos levantamos temprano aquel día, sabiendo que era el
penúltimo en el paradisíaco archipiélago, con intención de aprovechar cada
momento. Ya habría tiempo para descansar. Nos dirigimos sin más preámbulos al
cañón de Waimea, ubicado al sur de la isla, por lo que nos tocaba más de una
hora en coche hasta llegar allí.
Tras una hora de vistas impresionantes dirigiéndonos hacia
el sur, llegamos a Waimea, que es un pueblecillo que precede al cañón y te da
la bienvenida con puestos coloridos de frutas y tiendas alegres de ukeleles.
Llegados a este punto tienes dos opciones, coger la carretera 550 o seguir
hasta Kehaka y coger la Kokee Rd. Es indiferente pues antes de llegar al cañón,
ambas carreteras convergen, sin embargo, la carretera 550 ya ofrece
impresionantes vistas como éstas:
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| Imagen 1. Hanapepe Valley Lookout |
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| Imagen 2. Hanapepe Valley Lookout |
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| Imagen 3. Valley Point |
Mientras te van internando en el parque estatal, el camino
te ofrece diferentes “balcones” desde el que contemplar el gran cañón. Nosotros
recomendamos que os vayáis parando en todos los que podáis y disfrutéis de las
diferentes perspectivas y colores que te ofrece este magnífico lugar. Nosotros
hicimos varias paradas sin referencia en el mapa hasta llegar al primer sitio “oficial”,
que es el Waimea Canyon Lookout, una zona habilitada para poder contemplar las
vistas sin “riesgos” y rodeado de gente (tal y como a nosotros no nos gusta,
pero oye, si os gustan los tumultos este es vuestro sitio).
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| Imagen 4. Waimea Canyon Lookout |
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| Imagen 5. Waimea Fall |
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| Imagen 6. Waimea Canyon |
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| Imagen 7. Cañón de Waimea |
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| Imagen 8. Sin palabras |
Desde el Lookout, seguimos hacia nuestra siguiente parada,
que es era el inicio del trail Waimea Canyon, el cual te ofrece senderos
estrechos entre la densidad de la selva, desniveles de varios metros, vistas
con un encanto más acorde con la naturaleza lejos de las multitudes y al final,
cataratas y balcones de vértigo. Completamente recomendable para aquel que le
guste perderse y explorar sitios fuera de la zona de confort de las paradas en
la carretera. El parque ofrece otros tantos trails que puedes explorar y que
seguramente disfrutes tanto como éste.
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| Imagen 9. Waimea Canyon Trail Lookout |
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| Imagen 10. Cañón del Pacífico |
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| Imagen 11. Fall del trail |
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| Imagen 12. Comienzo-Final del Waimea Canyon trail |
Al acabar el trail, seguimos por la carretera hasta el final
para observar las vistas desde Kalalau y Pu’u O Kila, sin embargo, nuestra
decepción se hizo notable cuando lo único que nos encontramos fueron brillantes
nubes blancas que no permitían ver más allá de un metro, pero si exploráis en
Internet, veréis que el escenario es magnífico desde aquí.
Como ya era nuestro penúltimo día en la isla y habíamos
disfrutado unas cuantas horas del cañón, decidimos ir a relajarnos y emprender
el camino de vuelta hasta el pueblo de Waimea. Entre medias paramos por un
bonito sitios al lado de la carretera, de colores arcillosos en el cual pudimos
sacar fotos como éstas:
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| Imagen 13. Parada en Waimea Canyon |
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| Imagen 14. Ondulaciones |
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| Imagen 15. Waimea Stream |
Siguiendo nuestro camino, estábamos de vuelta en Waimea,
pueblo en el que comenzaba el desvío hacia el parque estatal. Aquí decidimos
pasarnos por un puesto de coloridas frutas en el cual tenían una gran variedad
de smoothies y batidos hechos en el momento. Los precios eran bastante
asequibles (8 dólares por smoothie y batido) y estaban realmente buenos. Rachel
se cogió un batido de fresa que era una locura, y yo un smoothie de papaya con
coco que hacían una combinación “very tasty”. Nos dimos un paseo por Waimea y
acabamos en un encantador puerto en el cual te advertían de la contaminación
bacteriológica en aquella playa a causa de las flash floods (pero tranquilos,
es algo normal, y mientras no te metas en el agua no morirás, xD). Al acabarnos
el postre, como teníamos hambre de toda la aventura por el Waimea, cogimos unas
gambitas rebozadas en “The shrimp station”. Sinceramente, las gambas estaban
buenas, pero tampoco son las mejores que hemos probado. Eso sí, por 12 pavos te
pones las botas.
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| Imagen 16. Puesto en Waimea Village |
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| Imagen 17. Disfrutando el smoothie |
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| Imagen 18. Embarcadero en Waimea Village |
Como no podía ser de otra forma, salimos de Waimea hacia
Poipu (nuestra playa favorita aquí) para relajarnos en la playa.
No sé si os pasará a vosotros, a mí con bastante frecuencia.
La naturaleza es cautivadora e inspiradora. Hay momentos en los que te paras a
observarla y ves las cosas claras; te conoces un poco más a ti mismo y estás
seguro que perteneces a ese sitio y a ese momento. No quieres estar en otro
lado. La enajenación de la vida social desaparece por un momento. Tan sencillo
y a la vez tan inalcanzable.
¿Pero qué se ha fumado este tío?- Os estaréis preguntando.
Tranquilos, que de momento nada. Sólo quiero enfocaros hacia la sensación que
tienes cuando estás en sitios como en Hawaii, cuando la misma playa que has
visto los dos días anteriores, y en la que disfrutas este tercero; una mezcla
de agua, arena y sal; te susurra lo sencillo que es ser feliz.
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| Imagen 19. Poipu Beach |
Dejándonos de reflexiones (que hacía mucho que no divagaba
un poco), tras disfrutar unas horitas de esta magnífica playa, nos despedimos
para volver a nuestro apartamento. Entre medias, pedimos unos burritos en unos
de los restaurantes mexicanos en el que ya habíamos estado, el Taco´s Pacos), y
con una mezcla de cansancio, alegría y pesar nos fuimos al apartamento para poner
casi punto y final al viaje, aunque como comprobaréis en el próximo post, el
último día dio para mucho.
Nos vemos en el siguiente post, gracias por leernos. Un
abrazo.
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