2 EN BIG ISLAND: DIA 4



Nos levantamos con las pilas muy cargadas para disfrutar del cuarto día en la gran isla de Hawaii, motivados con la noticia de que han abierto el parque nacional de los volcanes, que hasta ahora estaba cerrado por precaución debido a la actividad volcánica del Kilaeua.


Imagen 1. Llegada a Hawaii Volcanoes National Park

Tras despedirnos de nuestros increíbles anfitriones, decidimos ir a desayunar a algún sitio en Kailua Kona con terraza, aprovechando el día soleado. Sin pensárnoslo mucho, fuimos al Island Java Lava, recomendado por nuestros anfitriones y con una increíble vista del pacífico. ¿Qué mejor forma de empezar el día que con esta imagen, mientras te metes para el cuerpo unas tortitas y un buen café? Aunque el sitio era un poco caro, mereció la pena, ya que los platos eran bastante generosos.
Con el estómago lleno nos dirigimos hacia el sur. Antes de llegar al parque nacional de los volcanes, teníamos unas cuantas paradas en mente. Con el buen día que estaba haciendo, nos apetecía un poco de playa, por lo que decidimos encaminarnos hacia alguna que estuviera bien. Después de pasar un par de ellas abarrotadas de gente entre Kailua y Captain Cook, llegamos a un desvío que iniciaba un descenso por una carretera que no había sido reasfaltada en muchos años. El final de esta carretera daba con la playa de Ho’okena, que resultó ser un gran descubrimiento, ya que aunque no era la mejor playa en la que íbamos a estar en nuestro viaje, era perfecta para relajarte y poder bañarte sin tener que estar esquivando tablas de surf.

Imagen 2. Tranquilidad...

Con la vitamina D sintetizada, seguimos nuestra ruta hacia el sur hacia nuestro siguiente destino, parando antes a llenar el coche de gasolina (Bastante cara en Hawaii) y comprar provisiones para el viaje. Tras unos cuantos kilómetros de viaje, llegamos a Papakolea Green Sand Beach, o al menos, al inicio de su ruta, donde una señora muy amable nos preguntó si queríamos un “ride” hasta la playa por un módico precio, a lo que yo, amablemente también la dije que no, que nosotros a patita. Iniciamos nuestra ruta y llegamos al punto más meridional de la isla, donde las olas chocaban agresivas contra las rocas. Después de unos metros andando, nos dimos cuenta de que la playa estaba bastante más lejos de lo que nos pensábamos, y aún teníamos que ir a ver los volcanes, por lo que, a nuestro pesar, nos tuvimos que dar la vuelta y nos quedamos sin ver la playa verde de Hawaii. Aun así, la ruta nos dejó magníficas fotos como esta:


Imagen 3. Camino a Papakolea Green Sand Beach


Imagen 4. Playa

Otra vez en la carretera, nos quedaba una parada más antes de llegar al parque nacional. Se trataba de la conocida playa negra de Hawaii, “Punalu’u Beach”, donde el color de la playa negra se mezcla con los verdes de las palmeras para crear una imagen de película. Imagen, que por cierto, les encanta a las tortugas que por allá habitan. En el momento en el que nosotros llegamos, había tres tumbadas sobre la arena negra. Recordad que, si visitáis Hawaii, está prohibido acercarse a las tortugas. Se las puede fotografiar, pero dejándolas un espacio vital. Recordemos que son seres vivos, no atracciones de feria.

Imagen 5. Punalu'u Beach

Imagen 6. Tortugas en la playa

Imagen 7. Couples


Imagen 8. Black Sand Beach

Mientras recorríamos la costa, ahora sí, hacia el parque nacional de los volcanes, íbamos disfrutando de las increíbles vistas que dejaba nuestro paseo por carretera.


Imagen 9. Parada en medio de la carretera

Uno de los momentos mas impresionantes del viaje fue cuando entramos al parque nacional. En este punto, a tan sólo dos millas del centro de visitantes, se encuentra la caldera del volcán Kilauea. Estamos en una de las zonas más peligrosas que hay ahora mismo sobre la tierra, y eso se nota en la ausencia de multitud que suele llenar este lugar. Como la mitad del parque está cerrado, nos centramos en visitar la otra mitad. Lo primero que hacemos es recorrer el trail de los bancos de sulfuro, cerca del centro de visitantes. Aquí, la presencia del lado extremo de la naturaleza se hace evidente con las pequeñas chimeneas que emiten gases del interior de la tierra. El olor del azufre inunda el ambiente y el color amarillo resalta en el suelo. El calor que desprenden las franjas te hace recordar lo vulnerables que somos, sobre todo en ese momento, y que la Tierra está así, en ese estado, sólo porque ella lo quiere. “Esto es tan sólo una parte de mi poder”.

Imagen 10. Bancos de sulfuro

Tras las reflexiones por los bancos de sulfuros, cogemos el coche para acercarnos a ver la caldera del volcán Kilauea. Aunque el día está nublado, se puede ver la inmensidad del cráter Halema Umau, que emite humos como una gigante chimenea jamás antes vista. El museo Jaggar te ofrece información muy interesante sobre cómo se han formado cada una de las islas del archipiélago, la historia de las erupciones y los terremotos provocados por los volcanes; incluso puedes interactuar con un sismógrafo que mide tu vibración al saltar a su lado. Después de tirarnos un buen rato disfrutando de las vistas, nos vamos de allí un poco decepcionados de no poder haber visto la lava. Pero oye, no está bien tentar tanto al diablo.


Imagen 11. Kailauea Cráter

Nuestro regreso de vuelta a Captain Cook no trajo demasiado entusiasmo, ya que lo hicimos de noche, y por este lado de la isla no hay absolutamente nada. Al llegar a nuestro destino, cenamos y empezamos la gymkana para buscar el sitio en el que nos hospedaríamos nuestra última noche en Big Island. Digo gymkana, porque las indicaciones del AirBnB en google no era muy precisas, y nos tuvimos que guiar por una guía detallada que los anfitriones nos pasaron. Después de equivocarnos un par de veces y de unos cuantos giros de 180 grados, llegamos a la entrada a un camino en la profunda selva y noche hawaiiana, por el que se supone que debíamos entrar hasta encontrarnos con la imagen de un Buda. Dubitativos, nos metimos con el coche, hasta que por fin, respiramos tranquilos al ver el Buda que nos indica sonriente la entrada a la casa.
Así acabo nuestro gran día, y nos preparamos para el siguiente, en el cual volábamos hacia la segunda isla que íbamos a visitar: “Kauai, la isla jardín”.
Esperamos que os haya gustado, si queréis saber más de nuestro viaje por Hawaii, no os perdáis el próximo post.

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2 en USA

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